Planta melífera por excelencia en Aragón, representa muy bien el carácter aragonés, planta tozuda y noble que nos obsequia cada año con dos floraciones, la principal en primavera y otra de menor intensidad en otoño.

Todos los años nos ofrece su néctar a pesar de  una climatología extrema de  fríos y calores, por no hablar de las sequías, vientos o nieblas.

Color: amarillo claro puede aclararse hasta casi blanco si no se encuentra mezclada con otras floraciones.

Aroma: ligero, no persistente, floral con notas alcanforadas y de cera nueva.

Gusto: vegetal, ligero y delicado.

Cristalización: rápida, en cristales finos.

Miel muy buscada por su gusto delicado y no pesado, ideal para endulzar alimentos y bebidas sin alterar su gusto y aroma.